Todo a la vez en todas partes
¿Vídeo en Substack? ¿Mis artículos en TikTok? ¿Ha ido la cultura del ajetreo demasiado lejos?
Hola, periodista*!!!!!
Así es la vida:
Este domingo Ainhoa Marzol, recolectora profesional de gemas de internet, me ha invitado a participar en su boletín y ha descrito Fleet Street así:
👀 Este es el último número de Fleet Street antes de comenzar un experimento. El mes de junio viene calentito, así que quiero todos vuestros ojos puestos en este pequeño espacio de internet. 👀
*Puede que no seas periodista como tal, pero eres igualmente superbién recibido/a <3.
Todo a la vez en todas partes
En algún momento de mi corta pero intensa carrera profesional he intentado dar salida a los contenidos que escribo en varios formatos. Durante semanas, resumí los temas que enviaba en el boletín en hilos de Twitter e incluso llegué a grabar un tiktok narrando un artículo firmado en S Moda (El País). También he aconsejado a alumnos de universidades que hicieran lo mismo: convertid todo lo que escribís en algo que sea productivo! Es la máxima expresión de la optimización del trabajo, sacarle provecho a todo, de cualquier manera. Lo que a menudo entiendo como un ejercicio creativo puede acabar resultando agotador, sobre todo cuando se acerca el final de curso. Suelo sentir cierto brío con cada nuevo to-do, pero llega un punto en el que solo quieres mirar la lista de quehaceres y verla vacía.
Los creadores queremos y debemos –lo dice el sistema– estar en todas partes. Escribimos boletines, redactamos artículos, empezamos pódcast, adaptamos nuestras piezas a vídeo y damos declaraciones para el contenido de los demás. Y si además tienes suerte, lograrás vivir de todo ello. La rueda de la visibilidad y el reconocimiento gira y tratamos de acomodarnos a su velocidad. Las plataformas, a su vez, también buscan cumplir con ese cometido.
Hace unos días Substack anunciaba que quería convertirse en un sitio de vídeo a través de una beca pensada para diez estrellas de TikTok. El objetivo es ayudar a estos creadores a establecer audiencias más leales, monetizar su contenido y ganar estabilidad a través de la plataforma de escritura.
No es algo nuevo, cada vez existe un parecido mayor entre las redes sociales donde creamos contenido. Desde el inicio de internet, todo ha funcionado así: surge una plataforma percibida como un espacio chiquitito y comunitario (como esta); no por los números, sino por la sensación. El tiempo pasa y se populariza hasta convertirse en algo macro. Se pierde la percepción de intimidad y una nueva plataforma llega para llenar ese vacío, y así hasta… ¿La extenuación? Me recuerda al ciclo de los memes, cuando comienzan a usarlo las empresas deja de ser algo divertido.
La escritora Milena Busquets, por ejemplo, estrenaba También esto en febrero de 2024 después de lanzar un blog hace 15 años. En esa época, “escribía con una sensación de libertad absoluta, sin importarme las consecuencias, impunemente, solo para dar y recibir placer, sin saber si me leerían diez o cien personas, sin que eso tuviese la menor importancia”, cuenta. Ahora quiere recuperar lo que sintió alguna vez con unos boletines de pago para fomentar “una comunidad muy pequeña y protegida”, donde no quepan los haters. Pero, ¿son estos rincones solo un espejismo hasta el acelerón de la siguiente etapa?
En una entrevista, que mencionaré más adelante, el académico Tomás Dodds afirmaba a propósito de los rápidos cambios de la industria periodística:
“Rodrigo Zamith hizo esta hermosa analogía el otro día de que las innovaciones en el periodismo, en términos de tecnología, siempre han apuntado hacia la aceleración. Tenemos redes sociales para escribir más rápido y más corto, tenemos audiencias más grandes, pódcast, periodismo digital. Todo giraba en torno a la aceleración, lo que él llamaba una rueda de hámster de aceleración en el periodismo. La IA generativa hizo que algunos periodistas salieran de esta rueda de hámster por una vez y miraran la tecnología con un ojo más crítico”.
Estas últimas semanas he estado sumergida en la lectura de El valor de la atención, del periodista Johann Hari. Más allá del despertar mental alrededor de ciertos temas como el multitasking, tomarse el tiempo para divagar o el negocio de las plataformas, sus reflexiones han dejado un poso. Para el libro, Johann entrevistó a James Williams, exestratega de Google, que establece una distinción entre las diferentes capas de atención:
La primera es el foco, porque, según cuenta, “implica cerrar el objetivo. Si el foco se altera por una distracción o un cambio, dejamos de ser capaces de llevar a cabo acciones a corto plazo [como terminar de leer un capítulo o ver qué hay en la nevera]”.
La segunda es la luz de estrella, es decir, “la atención que podemos aplicar a nuestras metas a largo plazo”: montar una empresa, abrir un canal de YouTube, comprar una casa. La llama así porque “cuando nos sentimos perdidos, alzamos la vista hacia las estrellas y recordamos en qué dirección avanzamos”. Si no la tenemos en cuenta, “empezamos a olvidar a dónde nos dirigimos”.
La tercera es la luz del día, “la forma de atención que nos permite saber cuáles son esas metas a largo plazo”. ¿Cómo sabemos que queremos hacer todo eso? James dice que si no somos capaces de reflexionar, o no tenemos tiempo para ello, no podremos averiguarlo. Recibe ese nombre porque “solo cuando una escena está inundada de luz del día, vemos las cosas con mayor claridad”.
Antes de comenzar Fleet Street, hice un “ejercicio de identidad de newsletter”. Me sirvió para responder a ciertas preguntas y definir a la audiencia, dónde leería el boletín o cómo entendía el éxito del proyecto en tres meses. Ahora me hace gracia volver a ese documento, porque más allá del potencial de brújula que tiene, veo que algunos de los parámetros que en su día fijé han ido evolucionando; otros, en cambio, siguen intactos.
Tomar distancia para revisar continuamente si lo que hacemos nos acerca poco a poco a lo que de verdad queremos hacer, aunque sea simplemente (y qué difícil), “retirarse a Cádiz, hacer Carnaval y vivir”.
Este número de Fleet Street cuenta con el apoyo de…
La Climatería, la revista de hostelería con conciencia ambiental
Una nueva revista ha llegado al quiosco digital y, como fan incondicional de bares, restaurantes y todo lo relacionado con la gastronomía, ya la tengo en el radar, sobre todo por su enfoque distintivo.
La Climatería es una iniciativa impulsada por ‘Hostelería #PorElClima’ y Ethic Magazine que pone la sostenibilidad en el centro de las historias. A través del periodismo de soluciones, da a conocer qué puede hacer el sector hostelero por el planeta y cómo nosotros podemos contribuir también.
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🤓 ¿Qué leer?
¿Cómo vivió la cobertura de la Gala MET una social media manager de la revista GQ? Aquí lo cuenta, cronológicamente. (en inglés)
Ismael Nafría recoge en este hilo de Twitter los principales datos de la reciente presentación de resultados del New York Times. Algunas pistas: el medio saca menos dinero con la suscripción solo a noticias que con la venta de otros paquetes individuales, como juegos o cocina. Interesante. (en español)
Los ganadores de los Pulitzer este año muestran un cambio en la industria y, si me preguntas, no lo veo mal. (en inglés)
¿Los periodistas hemos cambiado el swagger (no me atrevo a traducir esto) por la conformidad e incluso la timidez? ¿Hemos adoptado posturas defensivas, en vez de ofensivas…? En Politico, parecen pensar que sí. Tiene puntos, aunque nostálgicos, curiosos. (en inglés)
Para los creadores de pódcast, aquí una radiografía de su producción en España; para los de newsletters, este estudio. (en español)
No lo dudes y lee esto. (en español)
🍝 Salseos periodísticos
💋¿Quién es Margaret Zhang?
En 2021, Margaret Zhang se convirtió en la editora jefa de Vogue China. La noticia llegó cargada de controversia: primero, porque Margaret era la directora más joven de la historia de Condé Nast (en ese momento, tenía 27 años); segundo, por su origen australiano; y tercero, porque no era periodista.
“Mentiría si dijera que este trabajo o esta tarea no intimidan. Pero me he acostumbrado a ser la persona más joven en la sala. A menudo, también soy la más creativa en una sala de negocios, o la más conocedora de negocios en una sala creativa. Básicamente, la rara. Pero, después de dos años, siento que todo lo que he aprendido en mi carrera y todos mis diferentes hilos de habilidades, extrañamente convergen en este rol”. - Afirmaba en una pieza para el NYT.
¿El arte de pivotar? Margaret saltó a la fama como bloguera de moda en Sídney. A sus 20 años, tenía más de un millón de seguidores en Instagram y trabajaba en Nueva York como directora creativa y consultora de marcas (casi nada). Anna Wintour vio en su perfil la combinación perfecta de experiencia internacional, conocimientos digitales y multiplataforma, y un popurrí de intereses.
Adiós, Vogue China. La personalidad anunció en febrero que dejaría su puesto al mando de la revista y la edición de junio es la última que ha capitaneado. En el post donde compartía su partida, celebraba “un crecimiento récord de los vídeos de la revista, una programación de audio galardonada y los eventos con mayor participación de la historia de Vogue China”.



🤝 Varias noticIAs
No es el titulín más chulo, pero varias cuestiones a destacar del uso de la IA en los medios:
El académico Tomás Dodds ha estudiado, junto a sus colaboradores, 37 guías de medios sobre el uso de la IA en 17 países distintos, y lo que cuenta en esta entrevista del Reuters Institute es esclarecedor: “Los periodistas intentan comprender cómo funcionan estas tecnologías y cómo deben utilizarlas. Intentan formarse. (…) Les presionamos para que tuvieran una respuesta a esta pregunta muy rápidamente, lo que podría ser contraproducente, porque si acabas con directrices muy rígidas y verticales, no se va a corresponder con la forma en que los periodistas quieren usar realmente la IA”.
Sale a la luz parte del acuerdo de OpenAI con grandes medios como Associated Press, Le Monde o Prisa Media. Entre los beneficios, un posicionamiento prioritario en las conversaciones de chat y en la visualización de enlaces, o el cobro de una cantidad fija para poder acceder a su histórico. Eso sí, desde OpenAI dicen que estos datos son de hace 3 meses, que la información contiene inexactitudes, y que cada medio ha llegado a un acuerdo específico y no se estructuran todos de manera uniforme.
A pesar de la demanda a OpenAI, que le ha costado al New York Times un millón de dólares, el medio continúa con sus avances para integrar la IA en su redacción. Han creado un equipo de iniciativas de IA y han establecido una serie de directrices a seguir por parte de la plantilla respecto a su uso.
🗞 Periodismo en…
Un planazo. Me chivan los compañeros de Late que la semana que viene organizan un taller en Madrid con tres autores de referencia: Mónica Ojeda, Leila Guerriero y Martín Caparrós. Tres conversaciones informales, una copa y, estoy segura, muchos aprendizajes.
Hasta aquí el número de hoy. Gracias, como siempre. Y recuerda, el mes de junio va a ser diferente en Fleet Street. Prepárate para leer cosas curiosas, interesantes y puede que divertidas.
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¡Nos leemos! 💌
Mar
Es así, conozco Substack hace poco y se siente un espacio seguro, cómodo. Convertirlo en otra plataforma más de redes sociales se siente un poco desastroso incluso suicida, pero el progreso es parte de las plataformas la adaptabilidad, la expansión de estas es inevitable y tal vez es nuestra tarea adaptarnos
El tema que planteas es curioso. Yo creo que cada uno vendemos nuestro producto -jurídico, periodístico- y, a través de las diversas plataformas, lo publicitamos. Y, lógicamente, hay que estar en todas (o, al menos, en muchas) y aprovechar los contenidos. Lo que no debemos perder de vista es qué producto vendemos y en torno al cual debe girar todo. Reconozco, de todos modos, que en el caso del periodismo es más complicado porque parte del producto es la plataforma.
En cuaqluier caso, enhorabuena por el análisis que llevas a cabo. Un cordial saludo
PD.- Empecé a ver la película "todo a la vez en todas partes" y no la terminé, no me enganchó.