Hot Takes #01: El ciempiés humano
Te doy la BIENVENIDA a Hot Takes, el nuevo formato de Fleet Street para este junio caluroso (como las opiniones de los participantes).
Periodista*,
Una de las cosas que más me gusta de escribir esta newsletter es la libertad que tengo a la hora de hacerlo. No existe una línea editorial definida, los temas los marca mi propia curiosidad. ¿Quiero crear un horóscopo sobre qué medio eres según tu signo? Pum. ¿Reflexionar sobre el formato físico? Adelante. ¿Hacer un póster con los consejos de los lectores? ¿Expresar reflexiones más íntimas? Este es el sitio.
Hace unas semanas la periodista Delia Cai iniciaba un experimento para tratar de devolverle la diversión a internet. Dentro de su newsletter Deez Links, Delia iniciaba una pop-up newsletter, un boletín que dura lo mismo que el producto que cubre (imagina un reality show o unas elecciones) o lo que su autor quiera. Esta pop-up newsletter se llamó Hate Read y, en ella, los amigos de internet de Delia escribían sobre las cosas que odiaban de manera anónima. Este experimento me llevó a pensar que yo también quería hacer algo divertido y ligero en mi propio boletín. Por eso, te doy la bienvenida a Hot Takes.
Hot Takes es un espacio donde periodistas de mi lista de contactos (y que habrás leído aquí y allá) comparten su hot take, una opinión controvertida e incendiaria, sobre el periodismo y los medios de comunicación. Pretende llevar las conversaciones privadas con colegas de profesión o amigos frente a la máquina de café, en un bar o en un chat de WhatsApp a la esfera digital.
Tres puntos importantes sobre Hot Takes:
Fleet Street acogerá Hot Takes durante el mes de junio. La idea es que no sea ni más, ni menos. Pero voy a estar atenta a vuestros comentarios para saber si os está resultando interesante.
Los y las periodistas que compartirán sus hot takes firmarán bajo seudónimo (quién será, quién será). Por ende, la que escribirá las columnas no soy yo (!!!!!!)
Quienes se han prestado a escribir en Hot Takes han tenido plena libertad en cuanto a longitud y temática, siempre que casara con aquello de lo que hablo en Fleet Street.
Espero que lo entiendas como un ejercicio divertido, porque es lo que pretende ser. No son verdades categóricas, son opiniones personales. Puede que empatices con ellas o puede que no estés de acuerdo. Esa es la gracia de internet y de este experimento de Fleet Street: hablar de las cuestiones de las que no se suele hablar sobre el periodismo y dentro de las propias infraestructuras periodísticas. A continuación, te dejo con la primera hot take.
*Puede que no seas periodista como tal, pero eres igualmente superbién recibido/a <3.
El ciempiés humano
–Grecia Tarcho
En El ciempiés humano, la película de terror de finales de los dosmiles, el doctor Dieter Laser tenía una de las ideas más horribles jamás imaginadas: coser el ano de una de sus víctimas a la boca de otra, y el ano de esta a la boca de otra. Su objetivo era construir un ciempiés humano de tres personas, de forma que lo que comiese la primera terminase excretándolo la última después de pasar por tres aparatos digestivos. Esto, claro, es una metáfora del periodismo.
En esta metáfora, la comida que entra por la boca del primer desgraciado sería esa idea primigenia para un artículo que alguien tuvo en un momento feliz y el excremento, toda la sarta de artículos, a cada cual peor, más banal y más simplificado, a los que da lugar esa buena idea inicial.
El lector habrá comprobado que el periodismo funciona como ese ciempiés humano. De repente, de la noche a la mañana, empiezan a brotar artículos y artículos con una temática parecida o directamente igual como florecen los almendros en invierno sin que nadie sepa muy bien cómo ha sido.
Esto pasa por varios motivos:
El primero, el menos visible, y quizá no el más importante, pero sí el más revelador porque da pie a más salseos, es que aquí todo el mundo se conoce. Y no solo todo el mundo se conoce, sino que se mueve por los mismos lugares, frecuenta las mismas compañías, ve las mismas películas y lee los mismos libros, consume los mismos productos culturales y, en definitiva, lleva vidas muy parecidas. Bueno, qué diablos: en realidad simplemente frecuentamos los mismos bares.
Como en aquel verano de 1816 en el que Lord Byron propuso a sus invitados que cada uno escribiese una historia de fantasmas y gracias a ello tenemos Frankenstein de Mary Shelley y El vampiro de Polidori pero en un bar de Argumosa en lugar de en Villa Diodati y con artículos sobre la precariedad de la vida urbana en la almendra central de Madrid.
Es posible que todo naciese en una cena de viernes tonta donde, por ejemplo, salió el tema de los alquileres porque uno de los comensales no era capaz de encontrar piso. De repente, la semana siguiente, salen tres artículos muy parecidos. Uno en El País sobre los jóvenes que no pueden acceder a la vivienda, otro en El Diario sobre los abusos de los fondos buitre y otro en El Mundo animando al lector a invertir en vivienda. Lo que usted nunca sabrá es que se gestaron en el mismo metro cuadrado.
Es posible, también, que una persona que tal vez esté yaciendo amorosamente con otra persona le haya comentado de pasada determinada idea para un artículo. Es probable, además, que esta persona con la que yace le haya hablado de esa idea a una tercera persona con la que esta también yace. Por lo tanto, es posible que los dos amantes, sin saberlo, hayan terminado publicando artículos parecidos sin saber que comparten ligue. Esto tiene que haber pasado seguro, y tiene que haber pasado en Madrid.
Y por eso lo he llamado el ciempiés humano y no el teléfono escacharrado. Porque como en el experimento, aquí la gente se intercambia fluidos a unos niveles poco recomendados por la OMS.
Lo que sí me ha pasado, y de esto doy fe, es sacar determinado tema de conversación mientras tomo una cerveza con alguien un jueves y que ese domingo, milagrosamente, esa charla se haya transformado en un reportaje firmado por un amigo o amiga de mi interlocutor. Disimulad un poco, hombre.
Este ciempiés puede ser más tontorrón. Ocurre mucho que alguien ve un tuit que se hace viral y, de repente, varias personas se lanzan a desarrollar su idea principal en long reads de fin de semana (o, al menos, lo que llamamos aquí long read: un artículo de más de 600 palabras sin fuentes). Es posible también, y a la que esto firma le ha ocurrido, que un periodista de otro medio le escriba para disculparse porque ha usado como inspiración un tuit suyo y, vaya por dios, justo ese mismo día tanto la autora del tuit (yo) como ese periodista hemos publicado el mismo tema a partir de él. Consejo: no saquéis temas de tuits y menos si estos son de otro periodista.
Otra cosa que puede pasar es que, simplemente, todos tengamos las mismas ideas. Las preocupaciones flotan en el ambiente, como el covid, y no hace falta que se hable de algo explícitamente para que de repente todo el mundo piense en ello. Al fin y al cabo, forma parte del trabajo del buen periodista captar el estado de ánimo de cada momento. Otra cosa es que esas preocupaciones suelan ser las de un perfil socioeconómico, geográfico e ideológico muy concreto que podría resumirse en el concepto “piscina de Peñuelas”.
Hay otros motivos menos salseantes por los que los temas se repiten. A veces, de repente, todo el mundo felicita a alguien por “abrir el melón” de determinado tema en un gran medio. Un melón que llevaba tiempo abierto en medios más pequeños, newsletters como esta o en comentarios de redes sociales, pero que hasta que no salen en El País, parecen no existir. No estoy hablando de noticias, que generalmente (pero no siempre) citan por cortesía al primero que publicó la información, sino reportajes que sospechosamente parecen calcos de otros publicados días, semanas o incluso meses antes con pequeñas variaciones.
Existe otra variante respecto a esto, que es que a los medios les gusta publicar lo mismo que los demás. Es uno de los males endémicos del periodismo: todo el mundo tiene que subirse a todos los carros, por lo que si se está hablando de determinado tema, hay que publicar algo al respecto. Todos los directores quieren su tema sobre el me too, lo malos que son los móviles o qué se va a llevar este otoño, aunque no tengan ni la capacidad de investigación ni la sagacidad ni la inteligencia de a quien copian.
Pero que estas modalidades de fotocopia no nos distraigan del principal tema, que no es nuestra falta de imaginación sino la endogamia del mundo periodístico que provoca que el pobre lector termine tragándose demasiados excrementos deglutidos por los sistemas digestivos de todo un ciempiés humano. Aquí todo el mundo conoce a todo el mundo y, por eso, a veces parece que no escribimos para nuestros lectores sino para nuestros amigos, o para ese potencial ligue que conociste el otro día en un bar y al que quieres impresionar: mira, eres mi muso, he sacado un tema de lo que hablamos, ¿te gusta?
Acabas de leer la primera edición de Hot Takes, el nuevo formato de Fleet Street para junio. Cinco domingos, cinco opiniones sobre el periodismo firmadas bajo seudónimo por periodistas invitados.
Tanto si estás de acuerdo con lo que escribe Grecia como si no, cuéntame en comentarios qué te ha parecido esta primera entrega de Hot Takes. No olvides dejar un corazoncito al final de este boletín o compartirlo con quien pienses que puede disfrutarlo.
Acompáñame en este junio divertido a mí y a los y las periodistas que firmarán la newsletter.
¡Nos leemos! 💌
Mar
No soy periodista pero sí que me dedico al sector de la comunicación. Me parece que este nuevo formato, el de hot takes, es muy interesante y creo que va a abrir muchas conversaciones que, aunque seguro que ya existen, quizá haya personas que no se lo hayan ni planteado. Leer las palabras de Grecia y ver que dentro del periodismo se es consciente de esa “endogamia” me ha llamado la atención, y me hace preguntarme si volverá en algún momento a ser relevante el tener temas propios. Y si para leer sobre temas diferentes tendremos que acudir a sitios que hablen de temas nicho o se consideren independientes.
Divertido e interesante, transgresor... que mejor. Completamente de acuerdo con el concepto de endogamia periodística, inevitable quizá, pero el lector también marca las pautas no? cómo influyen las audiencias? hay que vender, vender, vender... me encanta "hot takes"