Cristina Mitre: "El problema de los que nos dedicamos a esto es estar constantemente pendiente de qué es lo siguiente"
🏃🏻♀️La creadora del blog The Beauty Mail, El podcast de Cristina Mitre y la newsletter A micrófono cerrado habla sobre el futuro de su proyecto, su casi aterrizaje en Twitch y la creator economy.
¡Hola, periodista*! 👋🏻
¿Cómo va el verano? El otro día estaba cenando en una terraza y por un momento fugaz sentí que estaba en septiembre. Supongo que eso responde cómo está yendo el mío.
Bebitos fiu fiu, demuestren de lo que son capaces:
Hace un mes, el último número de Fleet Street lo recibieron 1.853 personas. Hoy llega a 400 buzones más. A todos aquellos que leéis, me escribís u os acordáis de Fleet Street, gracias, de corazón.
En España ya no se habla de la Gran Renuncia, sino del Gran Exilio interior y estoy flipando con el concepto.
*Puede que no seas periodista como tal, pero eres igualmente superbién recibido/a <3.
☀️El verano está para disfrutarlo en buena compañía. Por eso, la edición veraniega de Fleet Street cuenta con una serie de conversaciones con profesionales del mundillo que puedes leer mientras disfrutas de un tinto de verano, te achicharras de calor en el transporte público, remoloneas entre las sábanas, te comes un polo, o te columpias en el balancín. ¿Te apuntas?
🏃🏻♀️Cristina Mitre: "El problema de los que nos dedicamos a esto es estar constantemente pendiente de qué es lo siguiente"
Hace unas semanas, Cristina y yo nos vimos en su hotel aprovechando su paso por Barcelona con motivo de la grabación de El podcast de Cristina Mitre Summer Edition junto a Podium Podcast. La creadora del blog The Beauty Mail, El podcast de Cristina Mitre, la newsletter A micrófono cerrado y el movimiento ‘Mujeres que corren’ habla sobre el futuro de sus proyectos, su casi aterrizaje en Twitch, Instagram como Photoshop y lo que opina sobre la creator economy.
Esta entrevista fue grabada para lanzarla como podcast, pero no miento si digo que no he podido arrancar con este formato que llevo tanto tiempo queriendo probar. ¿La podréis escuchar alguna vez? Espero que sí. Mientras, espero que disfrutéis de la versión reducida y escrita de nuestra charla.
¿Cómo están yendo las grabaciones de El podcast de Cristina Mitre Summer Edition?
Están yendo muy bien, muy contenta, porque llevaba dos años grabando en remoto. Antes de la pandemia yo venía a España, grababa todos los episodios del podcast y hacía toda la posproducción en Dubai. Con la llegada de la COVID, grababa primero en el salón de mi casa y luego monté el “improvisado estudio 54”, porque vivo en el piso 54 de una torre en Dubai. Nos costó bastante, porque no sabíamos muy bien cómo hacerlo, pero hemos desarrollado nuestro propio sistema donde mandamos al invitado la grabadora. He estado grabando así dos años y es un poco pesado.
Esta gira es una oportunidad de volver a grabar en directo y hacerlo con público. Además, contar con la colaboración de Podium Podcast, que se encarga de todo lo que es la producción y la posproducción, es eso que llaman un winwin. Yo adquiero visibilidad a través de sus canales y ellos también de sus propios podcasts a través del mío.
Lo anunciaste a través de un hilo de Twitter donde comentabas que era importante que los grandes apoyaran a los pequeños, refiriéndote a ti misma como pequeña. ¿Cómo has vivido que no haya un gran grupo detrás apoyando tu contenido?
Es que no he querido. Siempre he tenido claro que quería que mi podcast fuese multiplataforma, que estuviese en abierto y que fuese gratuito y no condicionar a la audiencia para que tuviera que escucharlo pagando una aplicación o en exclusiva en un reproductor. Hay gente que lo hace y me parece superbién, porque está dentro de su estrategia, pero la mía es crecer en audiencia.
Yo me financio al final a través de un modelo de publicidad tradicional, la radio de toda la vida que tenía las cuñas publicitarias, que es un supermega esfuerzo. En mi caso, la diferencia es que no está solo el podcast, sino que hacemos cosas también a través de Instagram, mi propio blog, la newsletter ahora que tiene casi 16.000 suscriptores ya…
Eso sí, me parece interesante poder tener estrategias con un grupo tan grande como es Prisa, con Podium Podcast, y que sea una acción colaborativa. La verdad es que es un lujazo, y no ser la mujer orquesta y hacerlo todo yo. De repente, poder delegar y confiar en la gente y que hagan un trabajo tan estupendo como el que están haciendo es como: “Uau, qué alivio, de esto no me tengo que encargar”.
Cuando hablas de esfuerzo, ¿te refieres a buscar a los patrocinadores?
Sí, sobre todo porque yo soy bastante selectiva con quién colaboro. Al final, esas cuñas están locutadas por mí. Dicen que ahora es el momento del podcast: sí, pero publicitariamente cuesta venderlo pese a tener unas audiencias que pocas revistas femeninas llegan a tener.
¿Podrías, ahora que hablas de audiencias, desvelar alguna cifra?
Mensualmente, no solamente teniendo en cuenta los episodios nuevos que sacamos, sino todo el inventario, son alrededor de unas 400.000 escuchas mensuales.
¡Uau! En toda esta estrategia de contenidos que tienes, ¿cuál es la importancia que le atribuyes al blog, al podcast y a la newsletter?
Para mí lo más importante ahora es el podcast. Es a lo que dedico más tiempo. Soy nueva en el podcast, pero no soy nueva en el sector del fitness, la nutrición, del estilo de vida saludable, de la belleza. Tengo más de 20 años de carrera en el sector. Como todos los proyectos que he empezado, surgen de una necesidad. Dije: “Yo escucho podcast, no hay un podcast como el que yo escucho en español, pues lo voy a hacer yo”. Y entonces, en aquel momento, cuando lo lancé en 2018, tuve que hacer mucha labor didáctica, porque mi propia comunidad no sabía qué era un podcast. Ni cómo se escuchaba, ni cómo se accedía, ni qué aplicación se tenía que bajar.
Cuando lo comencé, pensé: “Esto es una forma sencilla de crear contenido”. Craso error. Nunca hay una manera sencilla de crear buen contenido, lleva tiempo. Pensaba que iba a ser mucho más fácil y al final da un curro criminal esa entrevista semanal.
Ahora ya no vale con hacer una buena entrevista. Luego esa entrevista hay que declinarla en redes sociales. Estoy pensando en hacer cosas en TikTok, porque también hay muchas posibilidades de crecimiento, pero todo eso es tiempo que tú estás invirtiendo y monetizarlo es muy difícil. Lo monetizas si luego revierte en conseguir nuevos escuchantes del podcast. Por eso soy tan insistente con “comparte mi podcast, dame estrellas, blablablá”. Que sea tu propia audiencia la que te recomiende.
No pierdo el foco dónde tiene que estar, que es en hacer el podcast. El resto es secundario.
¿Cómo te planteas el futuro?
Me encantaría decirte que tengo un business plan y todo pensado, pero no tengo ni idea. Nunca he tenido un plan. Cuando empecé con ‘Mujeres que corren’, que era el proyecto primigenio y paralelo al blog, todo el mundo me decía: “¿Pero esto de ‘Mujeres que corren’ que estás haciendo qué es?”, y yo: “Bueno, no sé dónde me va a llevar”. Ese proyecto, que era un hashtag que movía en Twitter, terminó en un libro y ahora es una beca de investigación.
Creo que no te puedes plantear hacer de pago una newsletter desde el minuto 0, aunque seas conocido. Creo que primero tienes que mostrar tu trabajo y luego ya habrá oportunidades de intentar monetizarlo y dar algo que sea relevante para tu audiencia.
Entonces, no lo sé. Es todo probar. Yo no pensaba ponerme a hacer una newsletter. Quería hacer otro proyecto, pero de repente vi la newsletter y dije: “Igual aquí hay una oportunidad para hacer algo”. Y no sé, tal vez me entrevistas dentro de seis meses y te digo: “Pues ya no estoy en la newsletter”. ¡Probé Twitch!
¿A sí?
Estuve tentada de sacarlo. Había una oportunidad de llegar a un público más joven hablando de temas que no tienen nada que ver con lo que hago, como los de sexualidad.
Lo tenía todo montado ya, y luego dije: “Todo el esfuerzo que voy a poner en esto, realmente, ¿cuánta comunidad voy a crear ahí…?” y al final no lo hice. Muchas veces pruebas muchas cosas, luego te escuchas y dices: “Aunque esté todo el mundo, no es ahí donde debo estar yo”.
Por ejemplo, yo me quiero meter en TikTok, pero sé el tipo de contenido que debo hacer y no me voy a poner ni a bailar, ni a hacer los vídeos de señalando así, porque no soy yo. No me siento cómoda haciendo eso, pero tendré que encontrar la manera de estar también ahí.
Todo el mundo dice: “No, es que viraliza mucho el contenido”. Vale, ¿y eso va a suponer que me escuchen más en el podcast?
Igual no tiene sentido.
Digo que no tengo estrategia, pero al final sí que vas viendo un poco en qué cosas sí te ves y en qué cosas no te merece la pena invertir tanto tiempo. Yo viví la llegada de Facebook a las redacciones de las revistas femeninas. Ese engaño de cuando Facebook decía: “Hay que hacer más vídeo porque te premia el algoritmo”. Y todos como borregos venga a hacer vídeo, y era todo mentira. Ahora es como: “Hay que hacer reels, porque te da más visibilidad y más engagement”. ¿A mí o a Instagram? ¿Quién se beneficia realmente? ¿Me va a llegar más tráfico?
A veces es difícil tener toda esa idea y saber cómo ha llegado ese usuario. Esa es una de las limitaciones del podcast, que pese a ser una herramienta 100% tecnológica, te faltan datos.
En tu inicio con el blog, ¿la gente ya te conocía como referente de los temas que tratas porque venías de la prensa tradicional?
Ese blog empezó cuando yo me fui a Elle como jefa de estilo de vida. En aquella época, la redacción de papel y la redacción online estaban separadas. Justo cuando yo llegué, se fusionaron ambas. Tenía interés en conocer el mundo online y quería saber cómo se hace un blog. En la redacción teníamos un blog que se llamaba ‘Off the record’, y había empezado a escribir ahí y dije: “¿Por qué no hacer mi propio blog y ver cómo funciona la herramienta de WordPress?”. No tenía ninguna intención de que eso se convirtiese en mi trabajo, sino que era un proyecto de experimentación para ver qué era capaz de construir. Empecé el blog y publicaba con mucha asiduidad: los martes y los jueves. Sobre todo, hablaba de temas de belleza, pero luego empecé a correr también y compartía temas de running.
Empecé a tuitear ‘Mujeres que corren’ e Instagram lo usaba porque era una aplicación de fotografías con filtros y, como no sabía usar Photoshop, las fotos de Instagram me las llevaba al blog. Lo utilizaba simplemente para tunear.
Era lo que se llevaba en ese momento también.
Es muy pico y pala. Yo empecé a correr en 2009 y me saqué mi cuenta en Twitter ese año. Llevo muchos años en redes sociales. He pasado por todo: por el papel, el mundo online, los blogs, las redes sociales, ahora tengo un podcast. Yo qué sé que va a ser lo siguiente. Me tendré que ir adaptando según vayan saliendo las herramientas y ver ahí yo qué puedo aportar. Y en qué me suma, y sobre todo, en qué se puede monetizar, porque lo de hacer contenido gratis…
El salto de empezar un proyecto tuyo, ¿lo viviste con vértigo?
Llegó un punto que intentar gestionar la dirección de una revista como era Women’s Health en tres ciudades (Lisboa, Barcelona y Madrid), y luego todos los proyectos paralelos que yo tenía era imposible. Entonces dije: “Tengo que elegir si a esto le doy una oportunidad o no”. En un momento dado, no estaba contenta con el tipo de vida que estaba llevando ni con el trabajo que estaba haciendo y decidí que lo mejor era dejar el mundo editorial para intentar darle una oportunidad a mi proyecto personal. Dejé la dirección de una revista para irme a mi casa a trabajar en mi blog.
En ese momento, ¿ya lo monetizabas o aún no?
No. Yo creía que podía funcionar, pero tardé 6 meses en monetizarlo, o sea que me tiré 6 meses haciendo contenido gratuito todos los domingos subiendo esas entrevistas sin ganar un euro. Yo no me reinventé, no pasé de escribir en una revista a hacer cupcakes o a montar un restaurante. He seguido en el mismo sector, pero utilizando otras herramientas.
¿Cuándo dejaste la prensa para lanzar tu proyecto, se asemejaba tu idea de éxito a lo que realmente conseguiste?
Cuando empecé con el podcast dije: “Si consigo 9.000 escuchas semanales va a ser un gran éxito”. La sorpresa fue cuando el primer podcast que lancé se coló número 1 tanto en episodio como en programa. Yo no sabía ni que había un ranking.
En tu inicio, ¿crees que fue un momento difícil para la creator economy?
En ese momento no existía ni la palabra, decíamos que éramos freelance. Luego hemos visto como muchos influencers se han quitado la etiqueta de influencers para convertirse en creadores de contenido. Cada uno tiene que encontrar ahí su hueco y ver cuál es el contenido que le resulta interesante a su audiencia y qué quiere hacer. Al final era seguir contando historias en un formato diferente y yo lo que quería, en aquel momento, es tener más competencia. De hecho, yo animé a mucha gente que estaba en redes sociales, como Charuca o Balamoda, a sacarse un podcast. Yo entendía que a mí me podía beneficiar y que era una oportunidad para seguir aprendiendo.
Lo que quieres es que la gente use la herramienta. Cuando la gente dice: “Hay demasiado podcast”. ¿Hay demasiados documentales? ¿Demasiadas películas de cine? ¿Demasiados libros? Pues cuantos más haya, mejor. Luego habrá la selección natural: unos perdurarán y otros morirán.
Por el podcast han pasado bioquímicos, microbiólogos, ginecólogos, inmunólogos, escritores… ¿Cómo haces accesible la información que pueda dar un microbiólogo a una persona de a pie?
Porque son grandes divulgadores. Escojo a gente que tenga esa capacidad increíble de hablar de ciencia sin perder rigor, pero para que lo entienda todo el mundo. Creo que es ese aterrizar los conceptos… Qué difícil es que alguien como el doctor Carlos López-Otín explique las claves moleculares del cáncer o qué es un cromosoma, y que lo entiendas y lo recuerdes. Eso es la verdadera divulgación en salud. Es dificilísimo hacer eso.
Antes decías que eres una mujer orquesta porque haces mil cosas. Quería saber cómo llevas eso.
Mal. Hay días que lo llevo bien y otros que me agoto yo sola de todas las cosas que quiero hacer. Siempre he dicho que mi mayor dificultad es gestionar mi entusiasmo, porque todo me apetece. Ser asertiva, empezar a decir que no y ser consciente de que el día tiene las horas que tiene. Y luego intentar separar mi trabajo, que no lo inunde todo. Guardarme parcelas, porque soy tan obsesiva con lo que hago que podría estar 24 horas pensando en temas.
¿Cuesta también más cuando tienes el estudio en casa?
Me he planteado mil veces si me tendría que ir a un coworking o algo. Pero luego pienso: qué pérdida de tiempo tener que irme a un sitio, para luego volver, cuando en mi casa estoy superbién, con mi gato. Paso muchas horas en ese mundo interior, pero esa parte la disfruto. Luego cierro la puerta, apago el ordenador, y ahí ya no vuelvo a entrar.
El problema de los que nos dedicamos a esto es estar constantemente pendiente de qué es lo siguiente. Ahora es el podcast, pero… ¿Y si se pasa la moda? ¿Qué es lo siguiente que haré? O estar muy pendiente de qué hace el resto. Todos estamos como las ratas en el laberinto y tienen las mismas dudas y las mismas dificultades que estás teniendo tú.
🍋En lo que dura un granizado
Lecturas veraniegas para seguir al día de lo que pasa en el periodismo.
La burbuja de los creadores de contenido: “triunfar a los 19, ser irrelevante a los 22”. Sobre enfrentarse al olvido, reinventarse y adaptarse al algoritmo. (en inglés)
El ejercicio de escritura: ¿influencia o robo? Tras la investigación del The Guardian donde afirmaba que el novelista John Hughes había plagiado en su nuevo libro fragmentos de Anna Karenina o El Gran Gatsby, en el Financial Times varios autores hablan sobre el muy conocido arte de coger inspiración. (en inglés, vía Carlos Barragán)
La corporativización del meme: community managers majetes y la voluntad de acercarse a los usuarios hablando su mismo idioma. El artículo contiene errores fatales y buenos ejemplos. (en catalán)
Hace unos meses lo anunciaban, y por fin Los Angeles Times ha presentado a su equipo de memes, el primero de su tipología en un gran medio en Estados Unidos. De momento: vibras del 2000, memes, y Judeh, una oveja intrépida y reportera. (en inglés)
Cuatro tecnologías a tener en cuenta el próximo 2023 en la industria de los medios. (en español)
Un poquitín de autobombo. El viernes se inauguró en S Moda, la revista femenina de El País, “Cómo desconecto”, una sección donde mujeres influyentes hablan sobre el descanso. He escrito un par de veces sobre esto, y tener un espacio para charlar con gente top me hace muy feliz. La primera entrega, con Carolina Iglesias y Victoria Martín, de Estirando el Chicle. (en español)
Gracias por llegar hasta aquí. Dale al corazoncito, comparte la entrevista con tu gente o comenta qué te ha parecido. Los mensajes son gratis y a mí me alegran el día.
Os deseo un verano como el de esta portada: donde nadar y nadar hasta sentirse vivo.
¡Nos leemos pronto (huyendo de los mosquitos)! 💌
Mar
Cristina Mitre: "El problema de los que nos dedicamos a esto es estar constantemente pendiente de qué es lo siguiente"
¡Buenísimo Mar! Ojalá te lances con el podcast y podamos escuchar esta y otras entrevistas.