Hot Takes #09: ¿Y qué consigues con el ‘si bwana’?
Esta hot take llega calentita.
Hola, periodista*!!!!
Te escribo desde Fuerteventura, isla de secarrales, surferos y viento. Llevo una semana compartiendo una casa de teja roja con ocho personas, escuchando BABIECA! y pronunciando un Morning! antes de bajar al coworking y ponerme a trabajar. Todo tiene un porqué. De momento, te dejo algunas imágenes para que proyectes el verano que nos espera. Queda poco.


Sé por vuestros mensajes que esta sección de Fleet Street es muy necesaria (y también por la cantidad de veces que estáis compartiendo cada boletín). Te confieso que esta edición de Hot Takes iba a ir acompañada de una fiesta donde leer las columnas y ponerlas en común, pero por cuestiones logísticas no se pudo. Prometo intentarlo de cara a la edición que viene (y aquí cualquier ayuda es bienvenida).
Ceder este espacio a periodistas de mi lista de contactos para que compartan sus opiniones más escandalosas de manera anónima me está dando cierto aire. La opinión de Yuya llega hoy a Hot Takes como un vendaval. Y, advierte, somos unos cagad*s.
*Puede que no seas periodista como tal, pero eres igualmente superbién recibido/a <3.
¿Y qué consigues con el ‘si bwana’?
–Yuya
Llevo siete años trabajando en diferentes medios de comunicación nacionales, todos ellos de prensa escrita, la misma prensa escrita que presume de publicar las investigaciones a políticos y familiares antes que nadie, de aportar enfoques diferentes y reportajes sobre el terreno; la que mira por encima del hombro al resto de formatos que van, para los directores de periódico, a rebufo.
La que dirigen periodistas cuyos méritos reseñables han sido convertirse en una persona “de la casa” o mantenerse en la profesión durante décadas y no abandonarla por el sector público o las agencias de comunicación, pese a que cada vez se ha tornado más complicado sacar nuevos casos de corrupción, señalar a los gobiernos y partidos que están haciendo algo mal, la que ya no es crítica con todos, sino con quienes no les pagan subvenciones. Y así sólo llegan a lo más alto de la jerarquía periodística aquellos profesionales, por decir algo, con rasgos psicópatas, acosadores a los que se les premia con un gran puesto en una agencia de noticias internacional o mediocrillos venidos a más que ejercen su liderazgo con sus subordinados con un “eso no es hacer periodismo”.
Para ellos “hacer periodismo” es publicar historias blancas, descontextualizadas, sin intención informativa, noticias que no son noticia, enfoques estrujados hasta el extremo para no pisar ningún callo. Y cuando desde tu escritorio de silla caliente en unas oficinas de polígono tratas de proponer algo que consideras necesario, te disuadirán de hacerlo con las peores formas y te desautorizarán como periodista, cuando tú lo único que quieres hacer es tu trabajo. “No hablemos de RTVE”. Claro, no vaya a ser que no le vuelvan a llamar para participar en ninguna tertulia. “No hablemos de Mercadona”. No vaya a ser que nos quiten la publicidad. “Tú no te metas en lo que hace el Gobierno de Ayuso”. Porque las subvenciones pagan tu sueldo.
Y así generan una redacción acojonada de ir desfilando por el despacho de Recursos Humanos y, posteriormente, la oficina del SEPE si rozan un asunto peligroso, incluso sin querer. La que reina en los periódicos españoles es la política del miedo, la que lleva a los redactores a asumir una actitud poco beligerante, sumisa. “Si bwana” a todo lo que nos pidan. Pero da igual, porque aunque seas el trabajador más entregado al proyecto, el que más mierdas se come, te van a despedir si quieren hacerlo. No paramos de ver ejemplos, compañeros que cada semana anuncian en X que les han echado y que afirman que ese despido nada tiene que ver con su desempeño en el puesto.
Ante este panorama, ¿por qué seguimos aceptando cualquier desagravio? ¿Podemos empezar a cambiar el “si bwana” a los jefes por las conversaciones con nuestros pares para organizarnos sindicalmente y pelear con los equipos directivos de igual a igual? ¿Podemos dejar de ser el sector más acojonado del panorama nacional? ¿Podemos plantearnos convocar una huelga general? Tenemos motivos para ello, pero preferimos dejar que nos pasen por encima. Y, si hace falta, les damos las gracias por la deferencia de elegir nuestras espaldas como alfombra. Amigos, compañeros de profesión, somos unos cagados.
Acabas de leer Hot Takes, el formato veraniego de Fleet Street para junio. Cinco domingos, cinco opiniones sobre periodismo firmadas bajo seudónimo por periodistas invitados.
Esta es la penúltima hot take de este verano. Si te ha gustado la columna, dale al corazoncito más abajo, comenta o escríbeme respondiendo a este correo. Quiero saber tu opinión (por muy beligerante que sea).
Acompáñame en este junio caluroso a mí y a los y las periodistas que escriben en Hot Takes.
¡Nos leemos! 💌
Mar
Mar disfruta de ese coworking en una isla maravillosa, envidia (de la buena me das), yo ahora mismo también tengo el mar delante de mí y tiene un efecto que ni el bálsamo de fierabrás. Por el resto, por tu llamada a tus colegas de profesión, poner por aquí un "Aux armes, citoyens!", que como dices ya toca sacarse de encima la sumisión.
La prensa escrita arrastra demasiado a sus espaldas para ser auténticamente vanguardista, incluso cuando es plenamente consciente de ello